Cuando yo iba en prepa, tenía un sólo objetivo: ser la mejor alumna de toda la escuela. En vez de hacer nuevos amigos, enfocaba mi tiempo en perfeccionar mis tareas. Estudiaba diario hasta la madrugada y sólo descansaba cuando veía ese enorme y satisfactorio 10 en mi boleta.
¿Alguna vez has escuchado que los mejores alumnos son aquellos que reciben las mejores calificaciones?
Hoy vengo a decirte que no es así. Aunque es cierto que generalmente buenos alumnos tienen buenas calificaciones, ser un buen aprendiz va más allá de las tareas entregadas, número de asistencias y los créditos que tengas.
Aquí, te dejo 3 los pasos que aprendí –a la de malas– para ser el mejor estudiante:
Relaciónate
Mientras yo me mataba haciendo el proyecto final (sola y en mi casa), mis compañeros de clase se organizaban para dar asesorías y retroalimentación del trabajo, haciéndolo una actividad divertida y fructífera. Al relacionarte con otras personas, tu vida estudiantil se vuelve una experiencia inolvidable, facilitando y mejorando tu desempeño.
Check-list para saber si te estás relacionando:
Tienes a quién acudir cuando no entendiste las instrucciones de un trabajo.
Si faltas a clase, hay quienes te pasan los temas.
Puedes identificar las fortalezas y debilidades de tus compañeros al hacer un proyecto.
Si alguien no entiende un tema (y tú sí), puedes ir con esa persona a darle una asesoría antes del examen.
Aceptas retroalimentación de tus compañeros y profesores; y lo tomas en cuenta para la siguiente entrega.
Si tienes tres o más de estos puntos, ¡Felicidades! Eres un buen estudiante.
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Participa
Yo creía que participaba, levantaba la mano cuando tenía una duda y respondía cuando me sabía una respuesta. Pero participar va más allá, significa estar activamente involucrado en tu vida estudiantil. Es aportar a la clase con tus conocimientos, generar preguntas que lleven a la reflexión, unirte a grupos estudiantiles, contribuir en nuevos proyectos e involucrarte en actividades.
Te dejo esta check-list para saber si realmente participas activamente:
En la clase, das ejemplos que aporten al tema.
Te uniste a algún grupo estudiantil. Si conoces una manera diferente de explicar un tema, la compartes con la clase.
No te detienes a preguntar alguna duda por miedo.
Escuchas activamente a los otros, tomando en cuenta sus puntos de vista.
Si palomeaste tres o más cajitas, significa que tienes la habilidad de participar activamente, eso sin duda es clave para ser el mejor alumno.
Hazte la pregunta del millón: ¿para qué me sirve esto?
La persona que solo entrega tareas por entregar no avanza. Para llegar a la cima del éxito estudiantil, es vital que cada actividad que hagas venga acompañada con la pregunta ¿para qué me sirve esto?
Por ejemplo, aunque no te guste la clase de matemáticas, si después de hacer un ejercicio te haces la pregunta, puede que te acabes respondiendo con “me sirvió para aprender una nueva técnica para hacer apuntes rápidos”, “me sirvió para practicar el cálculo mental” o “me sirvió para desarrollar mi lógica-matemática”.
Al contestar la pregunta, le das significado a cada acción que tomes, le sumas valor a tu vida y eres capaz de hacer consciente y aplicar nuevos conocimientos.
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Contesta esta check-list para saber si le sumas valor a tu vida:
Entrego mis tareas sólo por entregar.
Me quejo de la cantidad de cosas por hacer ya que no les veo importancia.
A las materias que no me gustan, no le pongo ganas a las actividades.
No hago las cosas si no me aportan nada.
Hago los proyectos minutos antes de su entrega.
Si tienes tres o más de los puntos anteriores, te invito a que la siguiente vez que realices alguna actividad, trates de reflexionar y mencionar al menos una cosa que la tarea te haya aportado.
Ahora que ya sabes que tener puro 10 en tu boleta no es significado de ser el mejor estudiante, es momento de poner en práctica los puntos mencionados. Te invito a que en dos semanas regreses y vuelvas a llenar las check-lists, ya sabes qué hacer:
¡Relaciónate,
participa y
suma valor a tu vida!
Por: Ana Patricia Morán
Editora de blog Dédalo. Estudiante de Psicología en la UVM. En un constante estado de creación. Fiel creyente que los errores nos construyen. Una hoja en blanco es mi mejor amiga y escribo con el corazón. Amante obsesionada de los gatos. Me dedico a observar lo bello de las personas. Tengo sueños claros y me gusta recordarme que nada cambia si nada cambia.