¡Hola! Lindo viernes
Recientemente, he aprendido mucho de Jensen Huang. En particular, la idea de aceptar el dolor y el sufrimiento.
Tiene sentido. La vida no es solo sol y arcoíris. No debería serlo ni tiene que serlo.
No estamos aquí para estar cómodo. Estamos aquí para crecer, para evolucionar, para transformarnos a nosotros mismos y nuestra vida en algo inimaginable.
Llevo semanas sin poder correr, cuando mi plan para un “2024 inimaginable” (en mi cabeza es un “2024 rompemadres”), era correr dos maratones.
¿Sabes por qué no he podido correr? Exacto, por dolor.
Traigo una lesión en mi pie derecho que me ha frenado casi totalmente, tampoco era un dolor del que podía “aguantar”, porque me hubiera dejado sin caminar muy rápido.
Entonces tuve que aguantar otro dolor, el de esperar, el de sanar, y de recuperarme.
¿Adivina qué? Ese proceso duele. Se supone que debe doler.
El dolor y el sufrimiento no son tus enemigos. En realidad, son tus amigos, tus maestros, tus mayores apoyos.
Te forjan en una persona más fuerte y resiliente, capaz de enfrentar lo que la vida te arroje.
Hace poco escuchaba una entrevista, que le preguntaban al invitado, que si quisiera darle a sus hijos las mejores competencias y habilidades, su hijo tendría una vida lleno de facilidades, o debería haber momentos difíciles.
No me gusta la creencia de que de los errores se aprende más. A mi me gusta aprender de los éxitos, y si ya me equivoqué… pues mínimo aprenderle algo.
De eso a buscar errores… es otra cosa totalmente.
Pero tal vez no está tan loco salir a buscar algunas cosas que nos representen un reto, que nos pongan incómodos de vez en cuando, que no sea lo más fácil. Aunque nos duela (poquito).
Deja de buscar siempre la comodidad. Deja de anestesiarte ante cualquier cosa que pueda causarte alguna forma de incomodidad.
Sin incomodidad, eres solo una fracción de lo que podrías ser. Te estás limitando.
¿Solo porque no te gusta sentirte incómodo? ¿Por qué?
Es en la incomodidad, en el dolor, en el sufrimiento donde encuentras tu verdadero yo. Tus verdaderas fortalezas. Tu verdadero coraje. Tu verdadera valentía.
Cuando estás cómodo, estás estancado. Te estás marchitando.
No quiero ser tan radical y diciendo que SIEMPRE hay que estar incómodo, es buenos descansar, tener momentos nuestros de comodidad única y disfrutable.
Pero es el dolor y el sufrimiento lo que revela de qué estás realmente hecho. La vida se puede poner muy difícil sin avisar, es mejor tener las herramientas para lidiar con ello.
Acepta el dolor de hacer ejercicio. Acepta el sufrimiento en una empresa difícil. Acepta la incomodidad de exponerte.
Esto debería entusiasmarte enormemente.
Esto no significa buscar el dolor y el sufrimiento innecesarios. Todo esto es con buenas intenciones.
Significa que los ves como parte de una vida bien vivida. Como oportunidades, no como obstáculos.
No eres frágil. No te vas a romper.
Estás diseñado para soportar. Para superar la adversidad.
La próxima vez que todo dentro de ti te grite que te rindas, resiste.
Acepta la dificultad. Porque la persona que estás destinada a ser está del otro lado de ese sufrimiento.
Abrazo fuerte,
Lecu
Pd: Recuerda que la vida es viernes
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